18 mar 2010

Mensajes del P. Laurence, 13 de Marzo



«Misericordia quiero no sacrificio". El profeta Oseas lo dijo y Jesús lo citó en una de sus enseñanzas.Muy a menudo sacrificio significa sacrificar a otros. Se necesita una percepción muy clara, para dilucidar y enfrentar los efectos que provoca la distorsión del ego, para ver que la naturaleza de la realidad última, es el ser compasivo. Así que fácilmente podemos usurpar el trono de Dios y creernos nosotros mismos, con nuestros rencores y egocéntricos puntos de vista, los árbitros de la justicia. El egoísmo hace que creamos que podemos ser al mismo tiempo policía, juez, jurado y carcelero. La meditación y los efectos modificadores que produce en nosotros la práctica de la Cuaresma, nos devuelven la claridad y la moderación de la humildad. La Cuaresma y la meditación tienen un objetivo común - no el egoísmo de una falsa espiritualidad - sino el espíritu de la bondad, el perdón y la mansedumbre. En su forma pura, estas cualidades son más potentes y eficaces que todas las formas de violencia. La meditación es una continua Cuaresma - la oración y el ayuno mental. La Cuaresma nos recuerda a todos que la meditación enseña y logra asirnos diariamente.
Laurence Freeman