A esta altura de la Cuaresma deberíamos estar más claros sobre las areas en nosotros en las que necesitamos cambiar, abrirnos y permitir que el espíritu trabaje. Ese trabajo toma más de cuarenta días, pero la Cuaresma puede poner en foco las areas que debemos cambiar y simplemente al estar concientes de ellas empezamos a generar cambio.
Una de estas areas tiene que ver con el perdón. Podemos "haber salido" de una etapa de dolor, traición o pérdida muy superficialmente. Bajo la superficie podemos permanecer apegados al enojo o a la tristeza por lo que nos hicieron. Perdonar es más que dar la absolución. Es también dejar pasar y olvidar totalmente. Sanamos y nos reconciliamos cuando realmente nos olvidamos de lo que nos hicieron, no una sino "setenta veces siete" veces - es decir, continuamente.
Laurence Freeman OSB