25 mar 2010

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 24 de Marzo


Somos rápidos para juzgar a otros y nuestros comentarios usualmente se enfocan en lo que en el momento encontramos atractivo, repulsivo, inspirador o irritante de nuestro prójimo. No tenemos problema en transmitir estos juicios a terceros que no conocen a la persona en cuestión.
Cuando descubrimos que nosotros mismos hemos sido tratados de esta manera, nos sentimos indignados -y a veces halagados- por la subjetividad y falta de delicadeza de este trato.
Cada ser humano es único y, por ello, cada uno de nosotros es sagrado. Esto significa que cualquier cosa que digamos sobre otras personas se queda corto en relación con la verdad -de la misma manera que cualquier cosa que digamos sobre Dios es inadecuada. El misterio de la realidad reside en su plenitud. Sólo la plenitud puede representar adecuadamente a la plenitud. Allí descansa su verdad. Esto explica por qué el silencio -compasivo, atento, agudo y humilde- es tan necesario como base y medio de toda nuestra comunicación y entendimiento.

Así, cuando tratemos de entender el significado de Jesús en los próximos días -habiendo tratado de entendernos a nosotros mismos un poco mejor en los días pasados- nuestra meditación será, como siempre, nuestra mejor maestra.

Laurence Freeman OSB