30 mar 2011
Martes, 3a semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no conoce. En otras palabras, que hay distintas clases o niveles de lógica. La lógica del corazón es puro Logos, el principio del orden y la armonía que los griegos habían descubierto mucho antes de que Juan dijera que se "había encarnado”. Pero ¿cómo podemos vivir con ella en todas las circunstancias? Incluso aquellos que no están interesados en estos juegos de palabras y que dicen que no están intelectualmente interesados en estas ideas, necesitan la lógica, para racionalizar su comportamiento de alguna manera. Hitler en su última voluntad y testamento poco antes de quitarse la vida justificó su locura y la destrucción que había traído al mundo con su propia versión de argumentación racional. Nadie hace el mal sin pretender que en algún esquema de pensamiento sea, de hecho, correcto. Digamos, por ejemplo, que decidiste no tomar café durante la Cuaresma. En algún momento, en la mitad de esta temporada santa, podría surgir alguna buena razón para tomar café, porque tenías dificultades para mantenerte despierto y sientes que merecías un descanso, porque el aroma es tan delicioso y otros lo estaban tomando y ¿por qué resistirse a tan legítimo placer? Por supuesto, si resististe a la tentación, eventualmente estarás debilitado y luego haciendo justicia propia secretamente te sentirás satisfecho de tí mismo de que pasaste la prueba. Podrías entonces caer en el error mayor de orgullo espiritual. San Agustín advirtió a aquellos que se mantienen castos que no deben sentirse orgullosos porque un "orgulloso virgen" es peor que un "pecador arrepentido". O podría ser que hayas sucumbido al aroma y luego sentirte mal por ello, con tu autoestima dañada y tu espíritu debilitado. Con esto puedes haber aprendido a ser humilde y logrado progresos neutralizando el virus del perfeccionismo. Lamento tener que plantear todo este relativismo. ¿No es mejor saber siempre cuáles son las reglas y qué importante es mantenerlas? Qué está bien y qué está mal no es un asunto de elección, después de todo ¿verdad?- Si sólo fuera tan fácil, incluso en la Cuaresma! Laurence Freeman OSB (Traducción de Marta Krause)