Traición y crueldad en Libia. Una masacre de gente inocente orando en Yemen. Una secuencia similar a la de Job, de desastres naturales e inmensa pérdida en Japón. A veces es muy difícil creer en la bondad innata de la naturaleza humana o en la benevolencia de la naturaleza. Si bien la respuesta al sufrimiento y la violencia es lo que cuenta. Y cómo la gente actúa en estos momentos ilumina la verdad que siempre permanece con mayor profundidad que las apariencias y las primeras reacciones. Una de las cualidades que muestra que el ser humano está en condiciones de levantarse en los desastres y desilusiones, es la capacidad para la autorestricción y autosacrificio. Cuando se pierde esta capacidad, la humanidad sufre una pérdida de identidad, una regresión dentro de algo oscuro y deprimente que nos espanta si no podemos integrarnos y superar para superar lo que nos pasa.La religión es, a menudo, condenada en la actualidad por su negatividad y pensamiento limitado. Y, como en el arte o negocio, puedes encontrar buenas y malas prácticas y también éxitos. El cristianismo es, con frecuencia, caricaturizado como una religión de represíón y dedos movedizos, opuesta al placer. Aunque este tiempo (de Cuaresma ) trata de recordarnos, que el arte de la felicidad depende de nuestra capacidad para la moderación y compasión. No podemos encontrar la realización a expensas de otros o por confiar en nuestra propia seguridad, mientras dejamos de lado las necesidades de otros. Hay un tiempo para la celebración y seguimiento de nuestros instintos, pero es siempre balanceado con un tiempo de disciplina y paciencia. Nada nos muestra esto con mayor claridad y profundidad - y nos prepara para aplicarlo consistentemente en la vida diaria, que la práctica de la meditación.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Gladys Alván)