Todas las religiones predicen algún tipo de juicio final. Para los antiguos egipcios, involucraba una confesión que hacía la persona muerta de sus faltas y luego se pesaba su corazón en una balanza contra “la pluma de maat”. Maat era el principio de verdad y justicia. Si el corazón resultaba demasiado pesado con pecados que no se habían confesado y pesaba mas que la pluma, el castigo no era algo doloroso, sino la de-creación. Para los egipcios la idea de la no existencia era peor que el infierno. Como todas las imaginaciones acerca de la vida futura, esto habla más de cómo debemos vivir en este mundo que de lo que pasa en el siguiente. Duérmete con un corazón tranquilo y despertarás al día siguiente con el gusto de vivirlo. Nunca dejes que la puesta del sol te encuentre enojado, decía San Benito a sus monjes. Antes de desplomarnos en la cama por la noche debemos prepararnos bien para dormir – mejor leer algo, escuchar música o un tiempo de meditación que ver una película de horror. La práctica espiritual es más que dejar de hacer lo que nos gusta o aún aquello a lo que tenemos adicción. Es también el romper hábitos que parecen inofensivos pero que al acumularse endurecen el corazón y nos embotan y trivializan la mente. Cuidarnos es un poco mas difícil de lo que pensamos. Jesús nos incita a dejar los miedos y el corazón agitado. Deja que tu corazón descanse y disuelve tus miedos…Si tomamos esta frase en serio, significa no sólo el momento inmediato a la preparación para la meditación, sino un estilo de vida orientado hacia la meditación como el cimiento y objeto de la vida.
Laurence Freeman OSB
(Traducción de Enrique Lavín)