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30 mar 2011
Martes, 3a semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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29 mar 2011
Lunes, 3a semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
(Traducción de Marta Geymayr)
Domingo, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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(Traducción de Lucía Gayón)
Sábado, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
(Traducción de Vicky de Levín)
Viernes, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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27 mar 2011
Artículo sobre la Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana publicado en La Iglesia Ahora, No.286 del 27.02.11
24 mar 2011
Jueves, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por María Rosa González)
Miércoles, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Durante estos días de desprendimiento nos estamos preparando para los tres días de Pascua durante la cual tenemos la oportunidad de entender la naturaleza real de la muerte. Confundir el desprendimiento con la pérdida es la razón por la cual tenemos miedo de la muerte y repetimos los mismos patrones de nuestros errores en la vida. Tratar de poseer la frescura y la belleza del momento presente es como tratar de dar vida a una estatua o a una fotografía. Como dijo William Blake, tenemos que aprender a besar la dicha así como pasa y vivir en un amanecer eterno. Los cuarenta días de Cuaresma son dedicados a comprender esto en nuestra experiencia diaria.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Mónica Thomson)
23 mar 2011
Martes, 2da. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
Traducción de (Roberto Ariel Gómez)
Lunes, 2da. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
(Traducción de Javier Cosp)
20 mar 2011
Domingo, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Gerardo Mora)
Sábado, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Gladys Alván)
Viernes, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman, OSB
(Traducido por Mary Meyer)
Jueves, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Enrique Lavín)
Miércoles, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Claudia Quiñones)
Martes,1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Ana Sofía Arteaga)
Lunes, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Laurence Freeman OSB
(Traducción de Enrique Lavín)
13 mar 2011
Primer domingo de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence
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Laurence Freeman OSB
(Traducido por Federico Ramírez)
12 mar 2011
Sábado de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence
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A veces damos para sentirnos y lucir mejor. O podemos dar porque la necesidad del otro nos ha tocado tan profundamente que nuestro ego ha sido disuelto por una ola de compasión. O porque una visión ha entrado en nuestra vida y nos ha inspirado de tal manera que nos hace ser parte de ella. Dar es relativamente fácil. Sin embargo, sólo algunas veces alcanzamos ese punto privilegiado en el que damos sin contar el costo, en el que genuinamente estamos entregándonos por medio del regalo.
Bajo ciertas condiciones somos capaces de dar sin que nos duela. Pero es el permitir que el regalo se vaya de nosotros lo que es más difícil. A veces ponemos tales condiciones o exigencias al regalo que le impiden psicologicmaente dejar de ser nuestro. A veces algunas personas se acercan para unirse a alguna Comunidad y cuentan la cantidad de talentos y extensa experiencia que tienen como base para contribuir, de tal manera que la Comunidad debería sentirse agradecida por haber sido considerada digna de este apoyo.
Dar limosna sin embargo implica algo más que dinero. Puede ser también entregar nuestro tiempo o atención, compartir nuestras capacidades o la lucha y el sufrimiento que el otro esta experimentando. Dar sin retribución alguna es pasarnos al canal rápido de la vida espiritual. La quietud es la vía por la que entramos a este canal rápido - la quietud, que es un punto concentrado de energía - y la pobreza de espíritu es el impulso de desposesión.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Antonio J. Sosa)
Viernes de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence
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La religión sin praxis es hipocresía. En griego, esta palabra hace alusión a aquello que hacen los libres. Supone poner en práctica la teoría y las buenas intenciones. Espiritualmente, implica vivir en el nivel de la experiencia. En la praxis, nos embarcamos en un proceso, en lugar de simplemente apuntar a un objetivo. Aceptamos trabajar con nuestras propias imperfecciones – ya que, por muy buena que pudiera ser nuestra praxis, nuestra meta no es alcanzar la auto-perfección. Esto supondría caer de lleno en la trampa del ego.
Este proceso es práctico, sí, pero también bastante sutil, ya que implica la purificación de nuestra motivación. Conforme nos ponemos en marcha, espiritualmente, la fuerza egocéntrica de nuestros motivos se ve gradualmente reducida. Poco a poco, nos encontramos a nosotros mismos haciendo el bien simplemente porque vamos mejorando; por el bien del bien en lugar de por nuestra propia satisfacción. La virtud es recompensa en sí misma. Amamos a Dios por amor a Dios, no por aquello que pudiéramos extraer de una relación especial con Él. Si esto se les antoja demasiado abstracto, aplíquenlo a su motivación cambiante para meditar, durante un periodo de tiempo, y verán más claro a qué me refiero. La espiritualidad cristiana identifica tres formas de praxis que son de especial relevancia para las personas que deseen sacar algo de la Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración. Algunas personas ayunan o se abstienen de comer carne en Cuaresma – el ayuno generalmente supone tomar una única comida principal al día y no picar entre horas. Pero el ayuno puede aplicarse a otras áreas, además de a la de la alimentación. Podemos reducir nuestra ingesta de otros bienes de consumo, o de lo que ingerimos de los medios de comunicación, o de hábitos que fácilmente pudieran convertirse en compulsivos, como la televisión, los mensajes de texto, Internet, el uso del Ipod, las revistas, las compras innecesarias... A través de la meditación llegamos a la causa-raíz de todo desequilibrio y extremismo mediante la praxis espiritual esencial de “tornar nuestro centro hacia los demás”. Por eso nos hace sentir mejor: porque nos permite experimentar el genuino significado de la bondad.
Laurence Freeman OSB
Este proceso es práctico, sí, pero también bastante sutil, ya que implica la purificación de nuestra motivación. Conforme nos ponemos en marcha, espiritualmente, la fuerza egocéntrica de nuestros motivos se ve gradualmente reducida. Poco a poco, nos encontramos a nosotros mismos haciendo el bien simplemente porque vamos mejorando; por el bien del bien en lugar de por nuestra propia satisfacción. La virtud es recompensa en sí misma. Amamos a Dios por amor a Dios, no por aquello que pudiéramos extraer de una relación especial con Él. Si esto se les antoja demasiado abstracto, aplíquenlo a su motivación cambiante para meditar, durante un periodo de tiempo, y verán más claro a qué me refiero. La espiritualidad cristiana identifica tres formas de praxis que son de especial relevancia para las personas que deseen sacar algo de la Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración. Algunas personas ayunan o se abstienen de comer carne en Cuaresma – el ayuno generalmente supone tomar una única comida principal al día y no picar entre horas. Pero el ayuno puede aplicarse a otras áreas, además de a la de la alimentación. Podemos reducir nuestra ingesta de otros bienes de consumo, o de lo que ingerimos de los medios de comunicación, o de hábitos que fácilmente pudieran convertirse en compulsivos, como la televisión, los mensajes de texto, Internet, el uso del Ipod, las revistas, las compras innecesarias... A través de la meditación llegamos a la causa-raíz de todo desequilibrio y extremismo mediante la praxis espiritual esencial de “tornar nuestro centro hacia los demás”. Por eso nos hace sentir mejor: porque nos permite experimentar el genuino significado de la bondad.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Dolores Pías)
10 mar 2011
Jueves después de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB
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Darse cuenta que uno realmente perdió algo envía un impacto a través de nuestro sistema, una punzada de dolor con miedo y confusión. Pueden ser las llaves del auto o alguien a quien amamos, la intensidad y la duración del impacto serán diferentes pero la resistencia inmediata de perder aquello que (pensamos) poseemos forma parte de nuestra psiquis.
A la par, cuando encontramos lo que hemos perdido nos llenamos con un grado más alto si cabe de gozo y gratitud. La posesión que creíamos haber perdido retorna a nosotros como un regalo, y cada vez que experimentamos el dar (o el darnos) nos tornamos más vivos, más generosos y más nosotros mismos.La vida misma nos enseña esta verdad sobre el perder y el encontrar, pero también podemos aplicarla y, hasta cierto punto, adelantarnos a los sentimientos de dolor y shock por la pérdida. Desaferrarnos, dejar ir. Cuanto mayor es el apego y la posesividad, peor es el dolor que ocasiona la pérdida. La desaferración constituye una especie de pérdida voluntaria: una paradoja que transforma la pérdida en encuentro.La Cuaresma – y cualquier disciplina sencilla de auto-control que pudiéramos haber optado por asumir durante los próximos 40 días – nos puede enseñar a desaferrarnos cada momento, con cada respiración, en cada reunión o encuentro, en cada relación. San Benito dice que la vida debería ser una Cuaresma constante por este motivo. Nos empoderar para vivir con una libertad y una espontaneidad, y en última instancia con una audacia que permite la floración de nuestra plena humanidad. Sólo tenemos que confiar y dar el salto. “El que quiera salvar su vida, la perderá”. Y este proceso de abandono lo haremos poco a poco: en este sentido, nuestra meditación diaria impulsa, precisamente, y sin duda alguna, este sutil cambio de sentido.
A la par, cuando encontramos lo que hemos perdido nos llenamos con un grado más alto si cabe de gozo y gratitud. La posesión que creíamos haber perdido retorna a nosotros como un regalo, y cada vez que experimentamos el dar (o el darnos) nos tornamos más vivos, más generosos y más nosotros mismos.La vida misma nos enseña esta verdad sobre el perder y el encontrar, pero también podemos aplicarla y, hasta cierto punto, adelantarnos a los sentimientos de dolor y shock por la pérdida. Desaferrarnos, dejar ir. Cuanto mayor es el apego y la posesividad, peor es el dolor que ocasiona la pérdida. La desaferración constituye una especie de pérdida voluntaria: una paradoja que transforma la pérdida en encuentro.La Cuaresma – y cualquier disciplina sencilla de auto-control que pudiéramos haber optado por asumir durante los próximos 40 días – nos puede enseñar a desaferrarnos cada momento, con cada respiración, en cada reunión o encuentro, en cada relación. San Benito dice que la vida debería ser una Cuaresma constante por este motivo. Nos empoderar para vivir con una libertad y una espontaneidad, y en última instancia con una audacia que permite la floración de nuestra plena humanidad. Sólo tenemos que confiar y dar el salto. “El que quiera salvar su vida, la perderá”. Y este proceso de abandono lo haremos poco a poco: en este sentido, nuestra meditación diaria impulsa, precisamente, y sin duda alguna, este sutil cambio de sentido.
Laurence Freeman OSB
(Traducción de Mónica Thompson y Dolores Pías)
9 mar 2011
Miércoles de Ceniza 2011. Mensaje del P. Larence Freeman OSB
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Hoy podrás ver gente en el bus o en el metro o esperando por la fotocopiadora con una mancha en la frente. Al igual que al ver a alguien meditando en un aeropuerto o en una sala de espera, los reconoces como compañeros en un viaje espiritual, no meros estraños pasando en la noche. La mancha en la frente no es un signo secreto o de un club exclusivo, pero pocos son los que entienden su significado. Recibimos las cenizas como recordatorio de que no debemos perder tiempo. "Recuerda que eres polvo y en polvo de convertirás. Arrepiéntete y vive la buena nueva".
Extraño como puede parecer, estas palabras pronunciadas cuando te ponen las cenizas te tranquilizan y dan esperanza porque nos recuerdan una verdad facilmente olvidada, una verdad que nuestra cultura de negación facil encuentra incómoda de oir. Devoramos imágenes de muerte y violencia como entretenimiento, pero la verdadera muerte la espantamos como morbosa. Las tradiciones espirituales nos enseñan que la práctica de la atención plena sobre la muerte resalta los vívidos contrastes entre la vida y nuestra capacidad para vivir a plenitud. La ceniza en la frente es un recordatorio de que la única manera de vivir realmente es vivir en el momento presente. Ningún momento pasajero del pasado o del futuro se pierde o malgasta cuando lo experimentamos en el presente.
Hoy, al comenzar la Cuaresma tenemos la oportunidad de renovar nuestro compromiso y renovarnos a nosotros mismos como seres espirituales en un viaje humano. Si no recibiste las cenizas, hazte la señal de la cruz en tu frente, o pídele a un amigo/a, repitiendo esas palabras que fueron formuladas para despertarnos. Si meditas, renueva el compromiso de guardar los tiempos de silencio y quietud en la mañana y en la tarde. Si comenzaste y lo dejaste, comienza de nuevo. Si no has empezado aún, no pierdas tiempo.
Laurence Freeman OSB
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