Los primeros testigos de Jesús resucitado fueron mujeres. Esto sucedió a pesar de – o porque – ellas no eran vistas como testigos legalmente competentes. Tal vez, esto nos muestra que para creer en la Resurrección tenemos que confiar también en nuestra propia experiencia y no tan solo dejarnos llevar por los comentarios de otras personas. Las mujeres no sabían qué pensar y Pedro quedó sin habla cuando se supieron las primeras noticias que El había resucitado.Esta es la condición previa a la fe y a la visión de las cosas que se encuentran más allá de nuestros sentidos. Abriéndonos a la profunda maravilla de nuestra propia creación sintiendo como nuestro ser es penetrado por la mente de Cristo – esta es – en definitiva – la manera para llegar a reconocerlo. Este es también uno de los frutos de la meditación para unir la fe y la creencia a la experiencia – o como dice John Main - `para verificar la verdad de nuestra fe en nuestra propia experiencia. La Resurrección no es de “otro mundo”. Nos vuelve a esta vida de una manera nueva.
Laurence Freeman OSB