Somos criaturas sujetas al deseo...
Hemos estado esperando que llegue el Adviento la mayor parte del año. (La Palabra se encarnó el 25 de marzo, en la fiesta de la Anunciación). Pero, como una semilla en la tierra, que crece en silencio, día y noche, su silencio comienza a poderse escuchar en las cuatro semanas de Adviento. Si podemos ser capaces de escuchar el volumen del silencio de la Encarnación, que aumenta poco a poco en esta temporada de expectativas intensificadas, estaremos mejor preparados para celebrar la Navidad como espera ser celebrada.