25 feb 2010

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 25 de Febrero

Miraba yo un gran árbol maduro que era movido por un grupo de hombres. Ellos cavaron un gran hoyo alrededor de sus raíces. Probablemente algunas de sus raíces fueron cortadas o dañadas pero había muchas intactas para asegurar su sobrevivencia. Se veía como si fuera una cirugía; el paciente pasivo, vulnerable, con su dignidad arrebatada. Los hombres pasaban bandas en un patrón de cruz abajo del árbol para mover esa gran milagrosa creación a la parte de atrás de un vehículo.Las prácticas religiosas o espirituales que no son radicales – llegar a las raíces de nuestro ser – son meramente un jugueteo. Pueden calmarnos la mente en cierto grado o consolarnos por los problemas de la vida – y estos no son efectos indeseables – pero su gran propósito es la conversión radical.La paradoja está en que la gran transformación que nos ocurre, progresivamente, en la meditación, parece crear agitación y una pérdida total – un renunciar a todo por la nada. Entonces la realidad consiste en ir descubriendo y ganando algo que nuestra imaginación no puede comprender. Puede parecer como una dislocación o un desarraigo pero de hecho es un volver a casa, una reintegración. La Cuaresma está dedicada a llevarnos a esa onda de la paradoja en preparación a la muerte y a la resurrección.
Laurence Freeman

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 24 de Febrero

Si pecar fuese sinónimo de infringir normas, ser bueno sería mucho más fácil. Podríamos cambiar las reglas o jugar al policía bueno o malo con nosotros mismos. La más profunda revelación moral de la fé cristiana - premisa que todavía no ha conseguido penetrar las mentes y los corazones de muchos cristianos – es que el pecado no equivale a comportamiento ilegal ni a violación de decretos divinos. No ha de asociarse, por lo tanto, con el castigo, sino, por el contrario, con -la palabra “gracia”. La gracia es un regalo realmente gratuito (todos sabemos lo que es recibir algo gratis en una tienda, ¿verdad?) que no creemos merecer. La experiencia vital más próxima o cercana a la gracia es la percepción de que alguien nos quiere de verdad – “¿Y por qué a mí?, pensamos - hay que estar loco”. Bueno, pues sí, efectivamente, Dios está un poco loco, desde nuestro punto de vista humano. En “La nube del no-saber” leemos que el trabajo de la meditación “seca la raíz del pecado de nuestro interior”. También que el pecado se siente como una especie de bulto pesado dentro de nosotros. La sensación de separación, de auto-aislamiento, de dificultad a la hora de ser nosotros mismos, de estar haciendo aquello que preferíamos no hacer, de inadecuación o de falta de mérito. A ver quién desea enfrentarse a todo esto, ¿verdad? ¿Por qué no permanecer en la superficie de las cosas, continuar viviendo tranquilamente, y ayudar a otros de vez en cuando? Inténtenlo… Verás como no funciona. Algo – llámalo “gracia”, también, si quieres – nos impulsa hacia ese trabajo de desmantelado, desarraigo y destrucción del muy arraigado sentido de “ausencia de amor”, que viene a ser, en última instancia, la causa de toda la inhumanidad de nuestro mundo. La Cuaresma es un periodo en el que nos podemos permitir la indulgencia de centrarnos en este trabajo personal; y nos daremos cuenta de que no se trata de trabajo egocéntrico – como quizás nos pueda hacer pensar nuestra mente – sino de todo lo contrario. La señal de que estamos inmersos en este auto-trabajo es que no nos flagelamos a nosotros mismos ni a los demás, por nuestro fracaso ni por nuestras fallas. Nos hacemos menos críticos; dejamos de actuar como si lo supiéramos todo, como si fuéramos Dios. Nos hacemos más nosotros mismos, esto es, más compasivos y misericordiosos. Más parecidos a Cristo.
Laurence Freeman

24 feb 2010

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 23 de Febrero

Jesús pide radicalmente a sus seguidores que no hagan un espectáculo de su auto-disciplina – y que escondan, de hecho, que están ayunando. Su llamado nos hacer percatarnos sobre qué fácil nos podemos convertir en reinas del drama de la vida espiritual. La relación entre la forma en que nos sentimos y la forma en que nos mostramos se siente como turbia. ¿Rechinamos los dientes porque estamos enojados o solo para mostrar nuestro enojo? No es un problema, ni molesta que el tigre quiera atrapar a su presa. Pero lo que sí nos incumbe es la verdad y la integridad – precisamente porque muy fácilmente perdemos el hilo y, por consecuencia, sentimos que nosotros nos hemos perdido.
El sentimiento de que no somos verdaderamente nosotros mismos es algo que nos perturba y que nos hace infelices. El auto-dramatismo puede ser una etapa del descubrimiento de nuestro verdadero ser (y en consecuencia, de Dios), pero no es el fin del juego. En la meditación nos deshacemos de todo el dramatismo exterior y aunque por algún tiempo tengamos que ser testigos de ese actuación interminable y al rodar esas cintas emocionales y reacciones del ego, sabemos muy bien en el fondo que estamos jugando juegos. En la meditación no hay lugar para ello.Puede ser entonces la razón por la que sentimos que algo muy profundo nos cambia – aunque “no pasa nada”. Puede ser entonces la razón del por qué al meditar cada mañana y cada noche – como la mayoría de nosotros lo hacemos – meditando con otros – en el grupo semanal – esto sea mutuamente educativo. Cuando al ego se le aquieta por el silencio, entonces, cuando estamos con otros, ellos dejan de ser la audiencia que mira la obra teatral, pero se convierte en la comunidad para orar, para estar, para ser con.
Laurence Freeman

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 22 de Febrero



Uno de los Padres del Desierto decía que el don de conocerse a uno mismo es más valioso que el poder de hacer milagros. En nuestros días puede que seamos escépticos acerca de los milagros – aunque vivimos en la era de los milagros tecnológicos – aunque podemos estar también a medio camino del extraordinario suceso o intervención que lo cambiará todo para nosotros. El premio de la lotería, la aparición de nuestra pareja perfecta, el trabajo adecuado. Quizás la ancestral preocupación del hombre por los milagros haya sido sustituida en el mundo moderno por el entretenimiento y la diversión de masas. Pero el autoconocimiento no tiene nada que ver con la fantasía, sino que es una realidad que nos transforma y cambia nuestra percepción desde adentro hacia afuera. Es algo irreversible y por tanto representa la realidad de lo que nosotros llamamos “crecimiento”. Tampoco es pasividad. El conocimiento de uno mismo no ocurre simplemente. Tenemos que desearlo y querer buscarlo, y trabajar por ello. La meditación es una afirmación de esto, un compromiso personal con esta dimensión espiritual de la realidad. La Cuaresma está para ayudarnos a recordar este compromiso y estar abiertos a la gracia que complete el trabajo que tenemos que hacer.
Laurence Freeman

21 feb 2010

Mensajes de Cuaresma del P. Laurence, 21 de Febrero


No tienes qué creer en la mítica figura del demonio - la composición de la sombra psicológica y la fuerza colectiva de la obscuridad - para entender el significado de la tentación.
Cuando Jesús 'fue llevado al desierto para ser tentado', El lo enfrento todo - la atracción al poder, la auto-suficiencia, la vanidad, todo lo que el ego instintivamente prefiere y ve como las formas de su propia sobrevivencia. Para resistir la atracción de la ilusión se requiere de un riesgo consciente de optar por lo real. Es abstenerse del falso consuelo de todos los substitutos de la realidad. El desierto es un lugar donde podemos hacer esto porque su simplicidad disminuye la distracción, el bosque de distracciones en el cuál lo irreal fácilmente se esconde y re-agrupa su fortaleza. Cada periodo de Meditación es permitirnos a nosotros mismos ser guiados al desierto. A veces se batalla con la distracción y el ego. Pero a veces, inesperadamente y por La Gracia, el desierto florece con todos los colores frescos y fragancias de nuestro encuentro con lo real.
Laurence Freeman

20 feb 2010

Nuevo grupo de meditación cristiana en El Placer, Caracas


El grupo de meditación cristiana de El Placer se constituyó bajo la coordinación de Nélida Reyes y mañana domingo realiza su sexta reunión semanal. Se invita a los amigos de la zona a acompañar mañana y todos los domingos a Nélida en su meditación de silencio semanal.


Grupo de El Placer, Caracas
Coordinado por Nélida Reyes
Iglesia parroquial de San Andrés, El Placer, Caracas
Domingos a las 11am
Tlf 9621559

Mensaje de Cuaresma del P. Laurence, 20 de Febrero


"Los que están bien no necesitan un médico, sino los enfermos".

La Iglesia primitiva pensaba que Jesús era primordialmente un médico y no tanto un juez. Cómo entendemos a Jesús esta influenciado por la forma en que nos entendemos a nosotros mismos. Generalmente nos sentimos como quebrantadores de reglas, no alcanzando la perfección o a punto de cometer algún nuevo error. Una variedad de este forma de comportarnos es cuando rechazamos cualquier noción de autoridad fuera de nosotros mismos y levantamos el puño contra un Dios que realmente no existe como tal. Podríamos vernos más bien como peregrinos que viajamos hacia una plenitud que ofrece el último significado de redención a todos los aspectos de nuestra experiencia, a través de un sendero diario de sanación, con sus picos de visión sublime y sus valles de desesperación. La mano que nos brinda sanación, ayuda, cuidado y amor no es sólo una alternativa consoladora a la mano de hierro del juicio y la condena. Es la realidad. Cuanto más profundo penetramos en la cámara del corazón -este es el peregrinaje de la meditación diaria que encarna toda nuestra experiencia - de manera mas convincente reconocemos que este poder sanador es verdaderamente lo que encontramos y lo que nos encuentra en el silencio de nuestra propia verdad.


Mensaje de Cuaresma del P. Laurence, 19 de Febrero



Cierta vez unos aguafiestas preguntaron a Jesús por qué sus discípulos no ayunaban. Su respuesta fue que no se ayuna cuando el novio aún se encuentra presente en la fiesta de la boda. Cuando se termina la fiesta, entonces se puede ayunar. ¿Qué es el ayuno? ¿Significa que se acabó la fiesta durante la Cuaresma? (Excepto los domingos - como sucede con algunas tradiciones cristianas que levantan el ayuno en el día de la Resurrección).
El ayuno es el equilibrado auto-control y la libre dedicación a la moderación. No se trata de infligirse sufrimiento por que sí. Pero si provenimos de un lugar de exceso o de ilusión, el viaje de vuelta al equilibrio y la realidad no será fácil. Nuestra actual crisis económica nos lo dice con suficiente claridad.
Pero ¿qué pasa con el tiempo festivo de la vida? ¿No pasa la religión siempre y demasiado por el dolor y el sufrimiento? ¿Qué hay de la diversión? Incluso si tomaras una pastilla de éxtasis todos los días y bailaras toda la noche todas las noches, la diversión se desvanecería y cobraría su precio. Los efectos de daño cerebral serían el precio de la diversión sin fin.
Hay dos niveles en todo esto. En primer lugar, la vida tiene un espectro de placer, banalidad y dolor. El ciclo en torno al cual gira ésto es variable y, aunque puede estar influenciado - vivir sabiamente aumenta la felicidad - no puede controlar totalmente el futuro. El otro nivel es la dimensión espiritual en el que la felicidad no condicionada del Espíritu absorbe y transforma el dolor. Allí, la fiesta realmente continua por siempre. La Cuaresma nos entrena a través de una conciencia mayor, a acercar estos dos niveles en una mejor relación. Podrían no llegar a permanecer unidos por siempre, pero al menos los efectos del mejoramiento de la relación - la claridad, el equilibrio, la felicidad, la flexibilidad y la libertad - serán verdaderamente experimentados y compartidos.
Así que tal vez Jesús quiso decir que el novio está aquí y no está aquí. En la vida interior la Cuaresma no dura sólo cuarenta días. Si esto no parece tener sentido para nosotros, mantengamos nuestra meditación diaria de todos modos.
Laurence

Mensaje de Cuaresma del P. Laurence, 18 de Febrero



Entonces dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Ya que cualquier persona que quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero si pierde y arruina su vida? "(Lc 9)
En la Cuaresma, trabajamos con la atención y la interioridad, con consideración y compasión por los demás, para familiarizarnos con esta paradoja central de la existencia humana. Por medio de la renuncia logramos una mayor integración. Y la unidad se consigue más directamente por medio del abandono. El ego se siente profundamente confundido y asustado de entrar en esta paradoja. "Sin duda, la unidad debe venir por la adquisición y asegurándonos lo que tenemos, razona?
En el centro de esta sabiduría se encuentra el misterio de la muerte. Nuestro miedo a morir bloquea muchos de nuestros intentos por llegar a estar más plenamente vivos. Empezamos a zafarnos de esta doble atadura y de la ignorancia endémica al comprender la gracia del perdón.
La disciplina de la Cuaresma se convierte fácilmente en egocéntrica si no se ve atenuada por la gracia - que comienza a crecer sólo cuando se aplica por primera vez a nosotros mismos. Para aceptar y abrazar nuestras propias imperfecciones, para amarnos a nosotros mismos como somos y no como si fuéramos un ídolo de moda creado por el perfeccionismo - se trata de perdonarnos. Una vez que lo hemos hecho, la gracia fluye más fácilmente en todas nuestras relaciones y hacia adelante, profundamente en nuestras vidas. El bálsamo de la reconciliación restaura nuestra mente herida le da la fuerza y la claridad necesaria para renunciar a nosotros mismos, para tener el reflector de la conciencia fuera de nosotros mismos. Para amar.
Entonces vemos mejor la diferencia entre el deseo y la necesidad, entre la fantasía y la realidad. Nos deslizamos en la obediencia a la gran ley de la renunciación y no luchamos contra ella con una falsa idea del sacrificio. La meditación despierta y aplica esta sabiduría en forma pura y en las partes más simples y pequeñas de nuestra existencia. Esto es lo que es la meditación. Y la verdad que se experimenta a nivel más profundo que el pensamiento durante la meditación gradualmente se convierte en algo más que una idea. Se convierte en un modo de vida, un modo de vivir plenamente.
Laurence Freeman

18 feb 2010

Mensaje del P. Laurence el Miércoles de Ceniza


Miércoles de Ceniza
El mundo cristiano inicia hoy la Cuaresma, los cuarenta días de preparación para los misterios de Pascua – con ecos de muchos pasajes bíblicos y del Corán, como el número de días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública y los cuarenta años del Éxodo. Simbólicamente estos cuarenta días significan un tiempo estimado o “mucho tiempo”. En semanas es el tiempo promedio del embarazo.
Como meditadores, podríamos ver nuestras dos sesiones diarias de meditación durante la Cuaresma, como una feliz oportunidad para profundizar, clarificar y recomenzar nuestro peregrinaje al centro del corazón. Podríamos también añadir otra sesión de meditación cuando sea posible o tal vez un período más corto de quietud y silencio a mediodía. Para los principiantes es una buena oportunidad de iniciar al ego en una práctica que siempre es retadora, pero especialmente al comienzo. Establecer un tiempo para introducirnos en la práctica de la meditación nos ofrece un objetivo de corto plazo que puede convertirse en un buen hábito que se aprende para toda la vida.
La Cuaresma es un tiempo para reflexionar sobre las escrituras y otros textos sobre el significado de la vida como viaje espiritual. Debemos escoger cuidadosamente qué leer – por ejemplo, podemos tomar uno de los evangelios durante toda la Cuaresma y familiarizarnos con él, así como uno de los textos claves de nuestra tradición contemplativa – La Puerta al Silencio de John Main, por ejemplo.
En lugar de ver a la Cuaresma como el tiempo en que renunciamos a lo que nos agrada – aunque un poco de auto-control tampoco nos haría daño – podemos verla como el tiempo para apreciar el amplio abanico de instrumentos que tenemos disponibles para mantenernos despiertos y entusiasmados en el camino espiritual. Si recibimos hoy la ceniza en nuestra frente y escuchamos las palabras “recuerda que eres polvo”, este recordatorio de nuestra mortalidad puede agudizar nuestra apreciación y disfrute del precioso regalo de la vida y la conciencia humana.
Laurence Freeman