Propatria, Colegio La PresentaciónEl 19 de Abril al final de la tarde, después del retiro de Los Teques, el P. Laurence viajó a ProPatria, en el oeste de Caracas, a enseñar meditación en la tradición contemplativa cristiana a los feligreses de las distintas parroquias de la zona, que se reunieron en el auditorio del Colegio La Presentación. La reunión fue organizada gracias a la ayuda del P. Juan Jennings, quien también asistió al retiro de Los Teques.
Laicos, monjas y sacerdotes de las distintas parroquias de ProPatria se congregaron para oir al P. Laurence con mucha atención, bajo la hospitalidad de las hermanas de La Presentación, una orden de origen andaluz, que desde su origen tiene una fuerte vocación contemplativa.
El P. Laurence habló de los distintos tipos de oración, la que usa palabras y hace peticiones a Dios, y la que evita las palabras, los pensamientos, preocupaciones y fantasías y se concentra en la recitación de una palabra sagrada -un mantra decimos hoy- que nos conduce a una peregrinación fuera de nuestro ego, para así poder unirnos serenamente con Cristo en nuestro corazón. El P. Laurence explicó que este tipo de oración contemplativa,que hoy llamamos meditación, es de la más pura tradición cristiana, pues ya en el siglo IVdc los padres del desierto -los primeros monjes cristianos- la usaban como la forma de oración más pura y la llamaban la oración del corazón.
Al final hicimos un ejercicio de esta meditación por 20 minutos y los asistentes hicieron muchas preguntas, que Laurence respondió una por una. Se despertó el deseo de meditar y se habló de formar grupos de meditación semanal en casas e iglesias. Pronto oiremos de de estas experiencias.
Cerro Verde, Academia Merici
Al día siguiente, 20 de Abril, Laurence visitó desde temprano la Academia Merici en Cerro Verde. Allí se tenía organizada una jornada de toda la mañana para enseñar a meditar a las niñas de primaria, que fueron divididas por edades en tres grupos de 100 a fin de hacer más manejable el ejercicio. Haciendo alarde de sus dotes pedagógicas, el P. Laurence enseñó a las niñas a meditar como quien enseña a jugar y luego realizó un ejercicio práctico de unos 10 minutos con cada grupo de 100. Las niñas se lo tomaron muy en serio, lo practicaron e hicieron muchas preguntas después. La mayoría expresó que lo disfrutó y que le había gustado visitar a Cristo en su corazón; que era mejor que hablar, que las relajaba y concentraba. En fin todo un éxito.
Luego hubo una corta reunión con las maestras, para evaluar la experiencia y estudiar la posibilidad de empezar a introducir este tipo de oración poco a poco, una vez a la semana. La maestras también sugirieron llevar estas enseñanzas a los padres y representantes pues la niñas sin duda que iban a hablar de la experiencia con mucho entusiasmo y los padres iban a querer saber de qué se trataba. Así pues, se programó una sesión de oración contemplativa con los padres para este mismo més.
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