30 mar 2011

Martes, 3a semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no conoce. En otras palabras, que hay distintas clases o niveles de lógica. La lógica del corazón es puro Logos, el principio del orden y la armonía que los griegos habían descubierto mucho antes de que Juan dijera que se "había encarnado”. Pero ¿cómo podemos vivir con ella en todas las circunstancias? Incluso aquellos que no están interesados en estos juegos de palabras y que dicen que no están intelectualmente interesados en estas ideas, necesitan la lógica, para racionalizar su comportamiento de alguna manera. Hitler en su última voluntad y testamento poco antes de quitarse la vida justificó su locura y la destrucción que había traído al mundo con su propia versión de argumentación racional. Nadie hace el mal sin pretender que en algún esquema de pensamiento sea, de hecho, correcto. Digamos, por ejemplo, que decidiste no tomar café durante la Cuaresma. En algún momento, en la mitad de esta temporada santa, podría surgir alguna buena razón para tomar café, porque tenías dificultades para mantenerte despierto y sientes que merecías un descanso, porque el aroma es tan delicioso y otros lo estaban tomando y ¿por qué resistirse a tan legítimo placer? Por supuesto, si resististe a la tentación, eventualmente estarás debilitado y luego haciendo justicia propia secretamente te sentirás satisfecho de tí mismo de que pasaste la prueba. Podrías entonces caer en el error mayor de orgullo espiritual. San Agustín advirtió a aquellos que se mantienen castos que no deben sentirse orgullosos porque un "orgulloso virgen" es peor que un "pecador arrepentido". O podría ser que hayas sucumbido al aroma y luego sentirte mal por ello, con tu autoestima dañada y tu espíritu debilitado. Con esto puedes haber aprendido a ser humilde y logrado progresos neutralizando el virus del perfeccionismo. Lamento tener que plantear todo este relativismo. ¿No es mejor saber siempre cuáles son las reglas y qué importante es mantenerlas? Qué está bien y qué está mal no es un asunto de elección, después de todo ¿verdad?- Si sólo fuera tan fácil, incluso en la Cuaresma! Laurence Freeman OSB (Traducción de Marta Krause)

29 mar 2011

Lunes, 3a semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Uno de los mayores miedos que pueden acosarnos es el de perder nuestra mente. Puede venir cuando sentimos que estamos sobrepasados por pensamientos obsesivos o sentimientos violentos que no podemos contener. La idea de que podríamos perder el control de nuestra mente es horrible. La enfermedad mental puede pasar a través de las primeras etapas, donde se vislumbra lo que viene y el temor, o elegir rendirse a ella o incluso huir de ella sólo para descubrir que se está avanzando de manera más directa hacia ella. Otra forma de este miedo es cuando sentimos la disminución de nuestras facultades mentales, la memoria, la racionalidad o habilidades lingüísticas. La gente lucha para recordar un nombre y hace una broma de ello, llamándolo un momento de la tercera edad, pero por debajo de la risa hay un malestar más profundo. A medida que más personas vivimos más tiempo, la perspectiva de la demencia en un cuerpo que solamente sobrevive es una preocupación cada vez más común en nuestra época de ansiedad. Cualquiera de estos estados de ánimo puede ser una pesadilla porque vemos lo que es o podría venir y porque nos sentimos tan desamparados y solos. No hay prisión más segura y terrible que la mente. Sin embargo, podemos encontrar a personas cuyas mentes apenas se mantienen en la normalidad, cuya memoria a corto plazo es grave y no pueden encontrar las frases para expresar sus pensamientos y sin embargo, irradian paz y alegría. En su zona de radiación mental, los temores y ansiedades de los demás se disuelven. Incluso pueden reírse de sí mismos con una gran fuerza escondida de carácter sin dejar de ser inmensamente vulnerables. Es posible que hayan perdido o perderán sus células cerebrales y las arterias pueden estar esclerosadas, pero su mente ya ha entrado en su corazón y ha sido iluminada por el amor. Dejar de lado nuestros pensamientos en la meditación es aterrador para algunos tal vez porque provoca el miedo de perder nuestra mente. Pero para ser libres de cualquier miedo sólo tenemos que exponer el miedo al amor. El propósito de toda la práctica espiritual, desde renunciar a dulces durante la Cuaresma hasta meditar como una disciplina diaria, es simplemente provocar amor. Esto no lo puede ver el ojo y la mente no lo puede imaginar y, sin embargo, ocupa un espacio infinitamente pequeño e infinitamente vasto en cada corazón humano.
Laurence Freeman OSB

(Traducción de Marta Geymayr)

Domingo, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Un día, al calor del medio día, cansado y sediento, Jesús para junto a un pozo y le pide de beber a una mujer extranjera, de una tribu hostil. Sorprendida de que El ignorara la división entre ellos, pero también exuberante e independiente, ella lo desafia. Su conversación lo conduce a hacer la única revelación directa de sí mismo de los Evangelios. Normalmente su preocupación era el transformar la mente de la gente por sabiduría, en vez de darles etiquetas pre-fabricadas. Aunque Él es un nativo que se identifica con sus paisanos y su cultura, también se eleva a una perspectiva universal. Desde esta perspectiva Él hace una gran afirmación que inicia la evolución del significado de la religión en asuntos humanos, afirmación que hoy en día todavía se debate por lograrse. Los adoradores que el Padre quiere, son los que adoran en espíritu y en verdad. Este es el tema del tercer domingo de Cuaresma, que enfatiza lo que la Cuaresma nos enseña. La verdadera adoración resuena con lo que Simone Weil dos mil años más tarde llamaba nueva santidad. La santidad ya no se puede identificar con el cumplimiento de una serie de reglas y de tradiciones. Ser santo significa ser simultáneamente hijo de Dios y ciudadano del mundo. Esta revolucionaria y magnífica visión de la excelencia humana eleva el espíritu humano pero también llena nuestra psique con un sentido de dolorosa pérdida y de nostalgia. Pareciera que lo local se ha evaporado o se absorbió en lo global. La gente religiosa que ama su cultura y sus tradiciones encuentra difícil el enfocarse más allá de sus límites en un horizonte más distante sin sentir que han perdido, o incluso, traicionado sus propias raíces. Este es el costo de negarse a uno mismo.De hecho, la universalidad de la mente de Cristo no es como nuestra globalización contemporánea. En vez de borrar las diferencias, las celebra, pero en un catolicismo, en una universalidad que redefine lo local y niega la indulgencia egotista de competir con otros. Esta es la dirección en la que aún nos movemos, torpemente a veces; pero, afortunadamente, no hay vuelta atrás. Laurence Freeman OSB
(Traducción de Lucía Gayón)

Sábado, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Es un privilegio para alguien de afuera, poder entrar a una prision y meditar con los presos. Como cualquier otro grupo marginalizado, ellos han sido alejados de cualquier tipo de relaciones normales, y por lo tanto, su nivel de conciencia es o puede ser, inusualmente directo y honesto. No todos los prisioneros llegan a meditar. Pero en mi experiencia, al hablar en prisiones, como lo hice hoy, ellos son muy receptivos a la oportunidad. Cuando el mensaje de la oración, como atención, llega a cruzar las diferentes capas del dolor y la humillación, aparece un momento de felicidad no común para todos los involucrados. Por un momento, el espiritu del amor y de la libertad fluye en una corriente lúcida de comprensión y comunicación. La presencia espiritual, que vá más allá del nombre, es muy muy fuerte después del silencio profundo y confiable de la meditacion. Cuando termina la meditacion, me doy cuenta de que el oficial de la prisión, que esta sentado atras cuidando todo, y que estaba obligado a estar ahí para protegernos, estaba meditando, también. Había cerrado sus ojos, y debe haber entrado en una meditacion muy profunda, ya que le estaba llevando tiempo abrirlos despues de haber sonado la campana. ¿Que mejor ejemplo puede haber del poder del silencio, cuando este puede reconciliar y hacer trascender a bandos opuestos? San Benito dice que la vida monástica debería ser siempre como la Cuaresma. Yo pienso que lo que él quiere decir es que necesitamos vivir en el corazón de la pérdida y del desapego si queremos vivenciar la savia, la esencia creciente de una nueva vida. A véces, es más fácil ver esto en las celdas de las prisiones, que en las de los monasterios. Pero, como en la vida de un prisionero, la pérdida es involuntaria, también puede ser mas dificil aceptarla y saber aprovecharla. Ya sea adentro o afuera, la Cuaresma se trata de la liberacion del apego a las cosas, a las personas y a los pensamientos irreales sobre ellos. El primer paso para llegar a esto es la aceptación de nuestro ser, cómo es y dónde está. Esto se repite continuamente a niveles mas profundos de simplicidad, hasta que entendemos que somos sostenidos y aceptados en los brazos amorosos de Dios.
Laurence Freeman OSB

(Traducción de Vicky de Levín)

Viernes, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Podemos sentir alegría de diferentes formas y por diferentes razones. Esta diversidad en los orígenes de la alegría es lo que hace que esta se intensifique. Es como encontrar una forma de estar embriagado pero sin sentir una resaca, pero solo para descubrir nuevas variedades del estado de felicidad. La corta hora feliz parece extenderse hacia el infinito. Al ver esto, nosotros percibimos que no depende de las circunstancias, buena suerte, la satisfacción de nuestros deseos, pero es simplemente parte de la naturaleza de ser. Dicha alegría de ser no puede ser restringida. Es activada repetidamente por diferentes, usualmente muy simples, cosas. Inclusive, parece tonto que debamos encontrar felicidad de este tipo en todas las cosas siendo como son, en su forma mas pura. Colores, las particularidades de la gente, inclusive decepciones menores, son todos atrapados en una alegría que tiene tantas causas potenciales que parece no tener causa. Este es el principio de la experiencia de Dios reflejada en la pauta de la vida diaria. Un reflejo opuesto de este fenómeno también existe. Nosotros podemos sufrir tristeza de la misma manera. Sumergidos en una gran perdida y aun sin darnos cuenta de lo que esto nos llevará a encontrar con el tiempo, la tristeza mancha todo lo que hacemos. Inclusive lo que usualmente nos consuela, nos levanta el animo, nos deleita y todo lo que alguna vez fue agradable, se convierte en una causa de tristeza. Parece que hemos colocado erróneamente el secreto de la alegría. Se siente como si la felicidad en la vida se ha escurrido hasta vaciarse. Y a través de un daño oculto a nuestra alma las aguas de la tristeza inundan y crean una sensación de hundimiento. Comprender ambos estados nos lleva mas allá del dualismo feliz-infeliz. La tristeza genuina no es resuelta por volverse alegre, y la alegría verdadera no es disminuida por la tristeza. A través del arte cultivado de la atención iluminada, por la sabiduría inherente en nuestro propio espíritu, nos elevamos por encima de toda dualidad hacia un nuevo lugar. Una nueva visión del mundo nace, donde todo esta presente y la perdida y el descubrimiento convergen. La cuaresma sirve a este estado de conciencia a través del desapego. La meditación sirve a través del amor. No es una experiencia-de-Dios sino la experiencia de estar-en-Dios. Laurence Freeman OSB (Traducción de Alvaro Madero)

27 mar 2011

24 mar 2011

Jueves, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Hace algún tiempo caminaba por el desierto de Arizona, disfrutando la sensación de libertad que ofrece el desierto. Al doblar una esquina en el camino, me encontré frente a una señal estatal que me informaba oficialmente "usted está entrando ahora en el Parque Estatal de Arizona”. De pronto el desierto se evaporó y me quedé con un parque estatal. A pesar de lo hermoso que era, algo se había perdido. El verdadero desierto no tiene señales oficiales. La señales que allí se encuentran, nos invitan en profundidad hacia el desierto, mas allá de toda señal, hacia una experiencia en donde la señal y su significado se convierten en uno. La meditación es el camino directo a ello.El desierto nos atrae y nos asusta. Nos atrae porque nos promete una realidad despojada de sus capas superficiales. Nos asusta porque a medida que cada capa se despega, nos acercamos a nosotros mismos y al espíritu de Dios y pareciera difícil distinguir entre ellos. “¿Me estoy volviendo loco? ¿Qué está sucediendo?” Nos atemoriza perdernos en el desierto de Dios – a pesar que nos sentimos atraídos a ello, como nuestro verdadero hogar. Sin embargo, el verdadero desierto del espíritu no es siempre lo que parece.¿Es mas fácil meditar en un lugar tranquilo, lejos del ruido y de la agitación de las ciudades? En cierta manera por supuesto que lo es. Lejos de la congestión y de la contaminación podemos enfrentar de mejor manera nuestros miedos y agresiones. Podemos escuchar de todo corazón el silencio de Dios. Sin embargo, una ciudad puede, en ciertas ocasiones, ser el mejor lugar para meditar, porque allí estamos enfrentados con formas de vida mas rígidas. Si queremos tomar la práctica con seriedad, entonces debemos asignarle un tiempo, debemos protegerlo y debemos abandonar los elementos mas distractivos de nuestras rutinas sociales e individuales. Sin un cambio en la forma de vida, los niveles de transformación mas permanentes se bloquean con facilidad. Finalmente lo interno y lo externo son uno.Pero existe otra razón para que el páramo de la ciudad sea mejor que el del desierto o bosque. A un anciano de los padres del desierto se le preguntó que opinaba de la historia de otro monje que se había aislado de todos en completa soledad. Todos lo elogiaron por su heroica espiritualidad. El anciano reflexionó y luego de un largo período de silencio dijo: ¿pero, los pies de quién lavará? Demasiada concentración en las metas y el progreso en la meditación de uno mismo, puede llevar a una impetuosidad contraproducente, en la cual colapsamos hacia la auto-fijación. La prueba última no es nuestra mente atenta o libre de distracción, sino nuestro amor por otros y el grado de atención plena compasiva que les entregamos.
Laurence Freeman OSB

(Traducido por María Rosa González)

Miércoles, 2da semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

La vida es infinita y maravillosamente variada y una sola actitud básica nos permite disfrutar completamente de todo – y esa actitud es el desprendimiento. Esto es difícil de creer y practicar porque el desprendimiento se siente primero como si estuviéramos perdiendo algo que amamos y quisiéramos disfrutar de eso permanentemente. El problema es la ilusión de permanencia. Primero, nos imaginamos que lo que deseamos es permanente. Y luego cometemos un error aún mayor tratando de hacer permanente nuestra posesión de lo que no es permanente. Estos nos aleja de la realidad de lo que deseamos y lo reemplaza con una imagen irreal que nos causa crecientes niveles de sufrimiento hasta que finalmente se disuelve como la nube de vapor que en realidad es. Luego sentimos que perdimos lo que más queríamos. Lloramos y gemimos aunque hayamos perdido solamente la imagen, la cosa que vimos como teniendo una permanencia que en realidad nada en el universo tiene. Aquí no tenemos una ciudad perdurable, dice San Pablo. La pérdida es en sí misma un tipo de ilusión – aunque dolorosa porque la ilusión ciertamente tiene el poder de causar dolor. La naturaleza ilusoria aun de pérdida es difícil de creer. Aun enfrentando los hechos, nos demuestra que lo que estamos perdiendo es nuestro apego a algo o alguien, no a la cosa o a la persona en sí. Esto puede sentirse como que estamos arrancando algo de raíces, cruel y violentamente. Recuperándonos de la pérdida – siempre una especie de muerte – lleva tiempo y puede ocupar mucho lugar en nuestra vida hasta que la verdad obvia finalmente nos hace caer en la realidad.
Durante estos días de desprendimiento nos estamos preparando para los tres días de Pascua durante la cual tenemos la oportunidad de entender la naturaleza real de la muerte. Confundir el desprendimiento con la pérdida es la razón por la cual tenemos miedo de la muerte y repetimos los mismos patrones de nuestros errores en la vida. Tratar de poseer la frescura y la belleza del momento presente es como tratar de dar vida a una estatua o a una fotografía. Como dijo William Blake, tenemos que aprender a besar la dicha así como pasa y vivir en un amanecer eterno. Los cuarenta días de Cuaresma son dedicados a comprender esto en nuestra experiencia diaria.

Laurence Freeman OSB

(Traducido por Mónica Thomson)

23 mar 2011

Martes, 2da. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Hasta aquí nada hay de especial acerca de la Cuaresma. Excepto el grado de concentración y el nivel de atención que traemos a la dimensión espiritual de nuestras vidas. Durante la Cuaresma ligeramente nos reajustamos en nuestras rutinas habituales y los hábitos personales. De esta manera, tal vez, nos moleste un poco porque - a pesar de que pensamos que queremos que algo diferente suceda - parte de nosotros siempre se resiste al cambio. Concebimos alrededor de la Cuaresma introducir un algo nuevo cotidiano que tenemos que recordar hacer (tales como componentes de una reflexión diaria o hacer una lectura más espiritual) o restar algo familiar (como el azúcar o el alcohol). También puede ser hacer que nuestra práctica diaria de la meditación sea más coherente o simplemente mejorar nuestra posición sentada para que nos estemos más quietos y en posición vertical. Lo mejor de todo, y mejor que renunciar a los dulces, podríamos decidir decir el mantra con total atención. Incluso una pequeña alteración en nuestros hábitos mentales o físicos envía un mensaje a todo el sistema que mueve nuestra vida: no te metas en una rutina de ver las cosas desde una perspectiva diferente, vamos a ir más profundo. Para ser eficaz, por supuesto, la práctica de la Cuaresma tiene que ser mantenida. La regularidad en la práctica es la clave de la transformación permanente. Un pequeño dominio de sí mismo o la auto-simplificación se convierte entonces en un modelo para el conjunto de nuestra vida espiritual. ¿Cómo hacemos para que la Cuaresma arroje una luz en el cuadro más grande que es nuestro nivel de conciencia? Al que es fiel con las cosas pequeñas se le puede confiar algo más grande, Jesús nos recuerda. Regularidad. Duración. Si estás asando un pollo tienes que dejarlo en el horno a la temperatura adecuada durante el tiempo suficiente para que se cocine. Si lo remueves cada cinco minutos nunca terminarás. O si estás tratando de encender un fuego frotando dos palos, tienes que mantener el roce constante o nunca vas a generar el calor suficiente que con el tiempo hará una chispa que encenderá el fuego. Por lo tanto, la Cuaresma nos recuerda a la verdad más maravillosa y evidente, que vivimos día a día y que cada día cuenta.
Laurence Freeman OSB

Traducción de (Roberto Ariel Gómez)

Lunes, 2da. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

Los lunes nos inspiran distintos sentimientos: entusiasmo y excitación por volver a un trabajo que amas y en el que crees y el deseo de aprender de nuevas experiencias. O sentimientos de terror y aburrimiento porque no puedes creer en el valor de lo que haces sólo para ganar lo suficiente para vivir. Hoy, también, en momentos de alto desempleo, muchos sufren el miedo a la falta de sentido que puede invadir las mentes de aquellos que no tienen la dignidad del trabajo. “Y tú qué haces”. Es una pregunta usual cuando conoces a alguien nuevo y te sientes impaciente en categorizarlo. Su empleo –e incluso la falta del mismo – y su actitud hacia él, rápidamente lo define o etiqueta. Por supuesto es importante lo que hacemos cada día con nuestro tiempo. Aún más significante es cómo lo hacemos: un servicio que hacemos con gusto, o un tipo de esclavitud que asumimos con amargura. Pero hay otro tipo de trabajo al que somos llamados y que determina la calidad de toda nuestra vida. El secreto es desarrollar la actitud correcta hacia nuestro trabajo: compromiso y deseo de hacer una buena tarea pero no con una obsesiva identificación con él. El balance entre compromiso y desprendimiento que afecta toda nuestra experiencia y nuestras relaciones. Quiero decir el trabajo interior hecho sin pedir recompensa que nosotros llamamos meditación. Es el trabajo de atención – una palabra que tiene el sentido de “tender a” o “cuidar de”. La remuneración de esta tarea de amor es la compasión. La empatía para las víctimas de desastres naturales, violencia o injusticia es una cosa – a menudo de corto plazo y un poco más que lástima. La compasión es otra. Nos lleva más allá de objetivizar al otro hasta experimentar algo que es el comienzo de la divinidad: la inter subjetividad. El extraño y maravilloso viaje que recomenzamos esta mañana del Lunes significa que la compasión y la auto aceptación liberadas por la atención dan sus primeros frutos en nuestra relación con nosotros mismos. Nuestro trabajo, durante los días restantes de la Cuaresma en que nos enfocamos a este trabajo interior, es elevado a un mayor nivel de conciencia y alegría gracias a esto.
Laurence Freeman OSB

(Traducción de Javier Cosp)

20 mar 2011

Domingo, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

El Evangelio de hoy describe la Transfiguración de Jesús ante tres de sus discípulos más cercanos cuando “Él se transfiguró delante de ellos, su cara resplandecía como el sol y sus ropas se volvieron tan blancas como la luz”. La cuaresma es el tiempo para purificar el ojo del corazón, con el cual vemos este tipo de luz.En el reino espiritual, el interior siempre absorbe al exterior y lo lleva hacia dentro, hacia un nivel superior del ser. El cuerpo sigue siendo un cuerpo pero se convierte en un cuerpo espiritual. La mente permanece consciente pero en un nivel de conciencia que trasciende al ego y la dualidad.eEn este relato del evangelio de una experiencia de iluminación, vemos una manifestación de índole verdadera que no invalida el mundo material ni la relación como experiencia humana. Este evento no ocurrió cuando Jesús estaba solo sino que estaba en compañía de sus acompañantes de más confianza. Es difícil para nosotros confiar en que la visión pura de Dios, no relacionada con un objeto – el significado de la iluminación – no es desencarnada y que ocurre en una realidad abstracta. De hecho, nosotros estamos encarnados y permanecemos así mientras existimos - hasta la eternidad – aunque la forma de nuestros cuerpos cambie. Mírate al espejo o en tu álbum fotográfico.¿Has visto alguna vez a un ser de luz? No un extraterrestre etéreo con dedos ultradelgados y un enorme cerebro ó un ángel con alas; sino a un ser humano que se vuelve luminoso bajo la influencia del amor, la verdad o la belleza. Yo lo vi una vez cuando una triste y amargada mujer cerca de la muerte me leyó un poema en el que transmutó su sufrimiento en belleza. Mientras leía el poema se convirtió momentáneamente, al menos para mis ojos, en un ser luminoso y amoroso.La transfiguración de Jesús es más aún que esto. Pero tales momentos de gloria iluminada en nuestras relaciones humanas nos sugieren lo que es realmente la luz interior de Jesús. Y lo que es nuestro propio potencial de transformación.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Gerardo Mora)

Sábado, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. laurence Freeman OSB

Traición y crueldad en Libia. Una masacre de gente inocente orando en Yemen. Una secuencia similar a la de Job, de desastres naturales e inmensa pérdida en Japón. A veces es muy difícil creer en la bondad innata de la naturaleza humana o en la benevolencia de la naturaleza. Si bien la respuesta al sufrimiento y la violencia es lo que cuenta. Y cómo la gente actúa en estos momentos ilumina la verdad que siempre permanece con mayor profundidad que las apariencias y las primeras reacciones. Una de las cualidades que muestra que el ser humano está en condiciones de levantarse en los desastres y desilusiones, es la capacidad para la autorestricción y autosacrificio. Cuando se pierde esta capacidad, la humanidad sufre una pérdida de identidad, una regresión dentro de algo oscuro y deprimente que nos espanta si no podemos integrarnos y superar para superar lo que nos pasa.La religión es, a menudo, condenada en la actualidad por su negatividad y pensamiento limitado. Y, como en el arte o negocio, puedes encontrar buenas y malas prácticas y también éxitos. El cristianismo es, con frecuencia, caricaturizado como una religión de represíón y dedos movedizos, opuesta al placer. Aunque este tiempo (de Cuaresma ) trata de recordarnos, que el arte de la felicidad depende de nuestra capacidad para la moderación y compasión. No podemos encontrar la realización a expensas de otros o por confiar en nuestra propia seguridad, mientras dejamos de lado las necesidades de otros. Hay un tiempo para la celebración y seguimiento de nuestros instintos, pero es siempre balanceado con un tiempo de disciplina y paciencia. Nada nos muestra esto con mayor claridad y profundidad - y nos prepara para aplicarlo consistentemente en la vida diaria, que la práctica de la meditación.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Gladys Alván)

Viernes, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

Jesús les reasegura a sus discípulos que el esfuerzo que ponemos en la búsqueda espiritual nunca es desperdiciado. Pide y recibirás, busca y encontrarás, golpea y la puerta se abrirá. Cualquiera que inicia un nuevo emprendimiento necesita esta clase de aliento y confianza o el primer tropezón o desaliento nos sacará del camino. Pero la confianza debe ser cultivada para ser realista. La palabra meditación en sánscrito sugiere no una gratificación instantanea sino un cultivo gradual. Claramente Jesús no es un evangelista de la TV que engaña a los pobres y vulnerables diciendo que oren por lo que se desea y les será dado al día siguiente. No oramos para recibir beneficios de Dios, dijo Origenes, el primer maestro cristiano del primer siglo, sino para llegar a ser como Dios. Entonces qué clase de pedido, búsqueda y toque constituye el viaje espiritual? En nuestro estilo de vida de tan alta tecnología y estrés nos encanta tener muchas ocupaciones. Las personas que pueden manejar muchas cosas simultáneamente son admiradas al vivir con el dedo en el iPhone y un ojo en el noticiero mientras cocinan el almuerzo. Lo último en investigación científica, sin embargo nos hace cuestionar este valor cultural. Parece ser que solo aprender desde una pantalla de la computadora no permite que el conocimiento ahonde en la memoria de largo plazo, por lo que tantas actividades reducen la calidad del trabajo hecho. La persona no produce resultados duraderos. Por lo tanto "pide y recibirás"-siempre y cuando pidas lo único necesario y te acuerdes de esto a los cinco minutos. Busca y encontrarás- si es que no te distraes inmediatamente con otra cosa. La recompensa por orar que Jesús nos promete no es la satisfacción de deseos a corto plazo, sino la transformación radical del deseo al descubrimiento de lo que realmente queremos. Llegar a querer lo que realmente queremos es la vida moral. Disfrutarla, es la vida contemplativa.
Laurence Freeman, OSB
(Traducido por Mary Meyer)

Jueves, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

Un día me dijo un abad Budista que él no pensaba que se pudiera esperar que los laicos – es decir, hombres y mujeres del mundo, que trabajan, que cuidan a sus familias – meditaran. Esta es una perspectiva muy común en el mundo monástico incluyendo monjes que no meditan. Pensaba yo en esto mientras caminaba, después de mi meditación, por las calles festivas de Dublín al anochecer de la celebración de la fiesta de San Patricio. No se le podía llamar ambiente monástico, pero había un ambiente de buena fe y de gran espíritu. Tal vez ahora, mientras escribo, ya se haya pasado del nivel de atención meditativa. Pero si no se convierte en algo salvaje y destructivo ¿Qué hay en ello que sea incompatible con una vida en la que la meditación equilibra el quehacer diario y un compromiso regular al silencio y la quietud ayuda a mantener un nivel profundo y claro de conciencia y pobreza de espíritu? Hay personas religiosas con menos alegría y más lejos de tener una mente tranquila. Al empezar a meditar aprendemos que mantener nuestra atención en el mantra no es tan fácil como parece. Nos mantenemos enfocados por unos segundos y luego la mente se escapa, como un perro sin correa, tras el rastro de cualquier pensamiento o sentimiento. Perdemos nuestra mente cuando nos intoxicamos o nos volvemos adictos o cuando nos obsesionamos por las metas externas o por cualquier tipo de actividad. Pero, lo que nos lleva a perder nuestro sentido de centralidad y claridad (pobreza de corazón, como Jesús le llama), no es tan importante como el saber qué es lo que nos llama de nuevo. Comprender la razón por la que volvemos a la práctica, incluso cuando fallamos o la abandonamos, es poder comprender que hay algo que trasciende las divisiones sagradas y profanas pues trabaja en y a través de ellas. Este es un elemento inexplicable del regalo de la gracia. El estar en contacto con esta intuición que nos lleva de nuevo a la atención, es la fuente de la esperanza. El mundo es un lugar confuso. En Dublín hay una celebración. En los monasterios hay silencio después de Completas. En Fukushima hay una gran ansiedad y un desesperado esfuerzo. Los tiempos de meditación – en Cuaresma y en cualquier día – unen todo en el todo incluyente y eterno – en la mente sin distracciones de Cristo.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Enrique Lavín)

Miércoles, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

Camina por el paseo marítimo, junto al mar de Bandra, en la opulenta y muy cristiana sección de Bombay y verás lo rápido que una sociedad puede avanzar en lo material. La juventud tiene lo último en tecnología, además de las mejores marcas de diseñadores. Los mayores cuentan con quien los cuide y amigos con quien sentarse a chismosear. Hay un aire de confianza, de exhibición. La gente aquí disfruta mostrándose mutuamente, mientras aprecian al sol totalmente rojo hundirse en el mar. Podemos hacer y sentir más de una cosa a la vez y uno de estos placeres puede aumentar el otro. "Mírenme. Me siento bien de estar así de bien. Es un hermoso atardecer"A un brazo de distancia hay un universo paralelo, aparentemente invisible para éste. Algunos erizos de mar - de la especie humana, no equinodermos - corretean por la playa debajo del paseo marítimo. Están vestidos con harapos y la delgadez de sus extremidades muestra que la riqueza de la nueva India no ha llegado aún allí. Es difícil decir lo que están haciendo. Jugando, limpiando o hasta haciendo algo ilícito. De todos modos, ellos no están floreciendo en su casi invisible juventud, están simplemente sobreviviendo sin padres o apoyo. No tienes que ir a India para ver estos universos paralelos porque en el camino de la vida están, aunque nuestras preocupaciones por los lujos usualmente servirán como filtro para no verlo y se convierten entonces en invisibles. No podemos calcularlo, aceptarlo, en nuestro propio mundo, así que es mejor eliminarlo. Solo miremos en los centros comerciales, en las estaciones del tren, en las puertas de cualquier almacén por la noche en cualquiera de las grandes ciudades del mundo. Como Jesús dijo: "A los pobres, siempre los tendréis con vosotros". Entonces si la Cuaresma significa algo, es el tiempo para remover estos filtros de percepción, estas gafas que no nos permiten ver. Para así poder apreciar la totalidad del espectro de la vida a través de los ojos de la verdad y la compasión. Si la meditación es real, logrará esto y nosotros podremos verlo todo, incluyendo la presencia de Dios en la soledad y todas las necesidades humanas, con una nueva luz.
Laurence Freeman OSB
(Traducido por Claudia Quiñones)

Martes,1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

“¿Dormiste bien anoche?” Es una pregunta lo suficientemente común si te encuentras con personas en casa, pero en una conferencia, es una pregunta amable, pero al mismo tiempo bastante íntima. Ten cuidado cómo la preguntas – ya que algunas personas la pueden tomar como una invitación para contarte su vida ideal durante el desayuno. Detrás de la pregunta está la inquietante estadística de que el ochenta porciento de los residentes de los EEUU tienen una privación crónica del sueño – y ya que todos nosotros parecemos propensos a adoptar las disfunciones de los paises industrializados, esto probablemente se aplica a una parte de nosotros. El sueño es una experiencia de desierto. Nos retiramos del ajetreo de la vida diaria hacia una esfera de conciencia donde comúnmente pasamos por emociones de sueño turbulentas y preocupaciones hasta llegar a un estado de calma y descanso sin sueños. Si no podemos dormir bien porque nuestras mentes están muy agitadas o nuestro estilo de vida no respeta la armonía entre el cuerpo y la mente, no alcanzaremos este lugar de tranquilidad donde somos energizados y recargados por la quietud. Y nuestro comportamiento al día siguiente lo hará evidente. Cuando meditamos estamos en un tipo de sueño despierto (“Yo dormía pero mi corazón estaba despierto” como lo diría el Cantar de los Cantares 5:2). El primer estado de la meditación es la relajación, pero si no estamos acostumbrados a ella podríamos rápidamente sentirnos sobrepasados y quedarnos dormidos o batallar con la somnolencia. La postura, la digestión de los alimentos, el tiempo y la práctica ayudarán a llegar a un balance entre el estar alerta y la relajación. Deja que los músculos de tu cara se relajen como los de un bebé mientras duerme pero siéntate con tu espalda recta. Recitar el mantra es un acto de fe y un trabajo de atención. El viaje al lugar de descanso y purificación, al oasis en el desierto, es ese trabajo esencial de la atención que es el corazón de toda oración. Despiertos en este nivel, reconocemos que habíamos estado cerrados a algo antes. A la relación que es sin ataduras. Al silencio que es verdad.
Laurence Freeman OSB

(Traducido por Ana Sofía Arteaga)

Lunes, 1a. semana de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB

Todas las religiones predicen algún tipo de juicio final. Para los antiguos egipcios, involucraba una confesión que hacía la persona muerta de sus faltas y luego se pesaba su corazón en una balanza contra “la pluma de maat”. Maat era el principio de verdad y justicia. Si el corazón resultaba demasiado pesado con pecados que no se habían confesado y pesaba mas que la pluma, el castigo no era algo doloroso, sino la de-creación. Para los egipcios la idea de la no existencia era peor que el infierno. Como todas las imaginaciones acerca de la vida futura, esto habla más de cómo debemos vivir en este mundo que de lo que pasa en el siguiente. Duérmete con un corazón tranquilo y despertarás al día siguiente con el gusto de vivirlo. Nunca dejes que la puesta del sol te encuentre enojado, decía San Benito a sus monjes. Antes de desplomarnos en la cama por la noche debemos prepararnos bien para dormir – mejor leer algo, escuchar música o un tiempo de meditación que ver una película de horror. La práctica espiritual es más que dejar de hacer lo que nos gusta o aún aquello a lo que tenemos adicción. Es también el romper hábitos que parecen inofensivos pero que al acumularse endurecen el corazón y nos embotan y trivializan la mente. Cuidarnos es un poco mas difícil de lo que pensamos. Jesús nos incita a dejar los miedos y el corazón agitado. Deja que tu corazón descanse y disuelve tus miedos…Si tomamos esta frase en serio, significa no sólo el momento inmediato a la preparación para la meditación, sino un estilo de vida orientado hacia la meditación como el cimiento y objeto de la vida.

Laurence Freeman OSB
(Traducción de Enrique Lavín)

13 mar 2011

Primer domingo de Cuaresma. Mensaje del P. Laurence

La vida nos presenta diferentes facetas de la realidad, y siempre en una secuencia impredecible. Tomar un autobús o decidir cambiar de apartamento pueden ser eventos triviales de poco significado, o pueden convertirse en un hito de nuestra vida debido a las consecuencias que estos eventos traen. El elemento azaroso e inconsciente de la vida está más allá de nuestro control. Si personificamos este azar - o incluso karma - como Dios o diablo, debido a que las consecuencias nos parecen buenas o malas en el momento, tal vez podamos disfrutar del corto alivio de la explicación instantánea de lo que está ocurriendo. Pero perdemos el significado, y por lo tanto, perdemos la verdad completa que nos libera de la ilusión. Jesús fue llevado al desierto por cuarenta días y fue tentado - probado - por lo que claramente son avances poderosos del ego. Autosuficiencia, orgullo y poder son voces seductoras en cualquier momento, pero especialmente cuando estamos en el desierto. Este es un lugar de exposición y vulnerabilidad donde nuestras familiares identidades egocéntricas son suspendidas y donde encaramos sin disfraces el crudo egoísmo de supervivencia y autopromoción. El ego desnudo, aún nuestro propio egoísmo, repele a la mente consciente. Así que lo disfrazamos, lo negamos o rechazamos aceptar la responsabilidad de nuestro egoísmo a través de demonizarlo como si fuera una fuerza externa a nosotros. De acuerdo a las historias de los Evangelios, Jesús encaró su propio ego sin retroceder, vio a través de él y reconoció sus voces como ilusorias. Una vez que hemos visto a través de nuestra autogenerada ilusión, somos liberados. Aún si regresa a probarnos de nuevo, seremos más fuertes en identificarla y resistirla. Cada prueba nos hace más reales. Después de la prueba nos podemos relajar por un poco de tiempo, y a través de las circunstancias naturales y ordinarias de nuestras vidas, nos sentimos tocados por un poder que nos renueva y consuela.“Entonces el diablo lo abandonó, y ángeles aparecieron y lo cuidaron”. La oración, la tercer gran praxis de la vida Cristiana, es un desierto. Su trabajo consiste en encarar nuestras ilusiones y convertirnos en seres más reales.
Laurence Freeman OSB


(Traducido por Federico Ramírez)

12 mar 2011

Sábado de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence

Otra práctica de la Cuaresma, por cierto muy del estilo de vida del evangelio, es el dar limosna. Está usualmente asociado con donar dinero a buenas causas, pero ésta es sólo una parte de su significado. Como lo ilustró Jesús a través de su reacción hacia la mujer pobre que dió su pequeña contribución en el templo - entregó más que los ricos porque dió con más generosidad que ellos - el significado espiritual de dar no se define por el número de ceros. Dar poco en lo cuantitativo puede terminar siendo un darlo todo espiritualmente.

A veces damos para sentirnos y lucir mejor. O podemos dar porque la necesidad del otro nos ha tocado tan profundamente que nuestro ego ha sido disuelto por una ola de compasión. O porque una visión ha entrado en nuestra vida y nos ha inspirado de tal manera que nos hace ser parte de ella. Dar es relativamente fácil. Sin embargo, sólo algunas veces alcanzamos ese punto privilegiado en el que damos sin contar el costo, en el que genuinamente estamos entregándonos por medio del regalo.

Bajo ciertas condiciones somos capaces de dar sin que nos duela. Pero es el permitir que el regalo se vaya de nosotros lo que es más difícil. A veces ponemos tales condiciones o exigencias al regalo que le impiden psicologicmaente dejar de ser nuestro. A veces algunas personas se acercan para unirse a alguna Comunidad y cuentan la cantidad de talentos y extensa experiencia que tienen como base para contribuir, de tal manera que la Comunidad debería sentirse agradecida por haber sido considerada digna de este apoyo.

Dar limosna sin embargo implica algo más que dinero. Puede ser también entregar nuestro tiempo o atención, compartir nuestras capacidades o la lucha y el sufrimiento que el otro esta experimentando. Dar sin retribución alguna es pasarnos al canal rápido de la vida espiritual. La quietud es la vía por la que entramos a este canal rápido - la quietud, que es un punto concentrado de energía - y la pobreza de espíritu es el impulso de desposesión.
Laurence Freeman OSB

(Traducido por Antonio J. Sosa)

Viernes de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence


La religión sin praxis es hipocresía. En griego, esta palabra hace alusión a aquello que hacen los libres. Supone poner en práctica la teoría y las buenas intenciones. Espiritualmente, implica vivir en el nivel de la experiencia. En la praxis, nos embarcamos en un proceso, en lugar de simplemente apuntar a un objetivo. Aceptamos trabajar con nuestras propias imperfecciones – ya que, por muy buena que pudiera ser nuestra praxis, nuestra meta no es alcanzar la auto-perfección. Esto supondría caer de lleno en la trampa del ego.
Este proceso es práctico, sí, pero también bastante sutil, ya que implica la purificación de nuestra motivación. Conforme nos ponemos en marcha, espiritualmente, la fuerza egocéntrica de nuestros motivos se ve gradualmente reducida. Poco a poco, nos encontramos a nosotros mismos haciendo el bien simplemente porque vamos mejorando; por el bien del bien en lugar de por nuestra propia satisfacción. La virtud es recompensa en sí misma. Amamos a Dios por amor a Dios, no por aquello que pudiéramos extraer de una relación especial con Él. Si esto se les antoja demasiado abstracto, aplíquenlo a su motivación cambiante para meditar, durante un periodo de tiempo, y verán más claro a qué me refiero. La espiritualidad cristiana identifica tres formas de praxis que son de especial relevancia para las personas que deseen sacar algo de la Cuaresma: el ayuno, la limosna y la oración. Algunas personas ayunan o se abstienen de comer carne en Cuaresma – el ayuno generalmente supone tomar una única comida principal al día y no picar entre horas. Pero el ayuno puede aplicarse a otras áreas, además de a la de la alimentación. Podemos reducir nuestra ingesta de otros bienes de consumo, o de lo que ingerimos de los medios de comunicación, o de hábitos que fácilmente pudieran convertirse en compulsivos, como la televisión, los mensajes de texto, Internet, el uso del Ipod, las revistas, las compras innecesarias... A través de la meditación llegamos a la causa-raíz de todo desequilibrio y extremismo mediante la praxis espiritual esencial de “tornar nuestro centro hacia los demás”. Por eso nos hace sentir mejor: porque nos permite experimentar el genuino significado de la bondad.
Laurence Freeman OSB


(Traducido por Dolores Pías)

10 mar 2011

Jueves después de Ceniza 2011. Mensaje del P. Laurence Freeman OSB


Darse cuenta que uno realmente perdió algo envía un impacto a través de nuestro sistema, una punzada de dolor con miedo y confusión. Pueden ser las llaves del auto o alguien a quien amamos, la intensidad y la duración del impacto serán diferentes pero la resistencia inmediata de perder aquello que (pensamos) poseemos forma parte de nuestra psiquis.
A la par, cuando encontramos lo que hemos perdido nos llenamos con un grado más alto si cabe de gozo y gratitud. La posesión que creíamos haber perdido retorna a nosotros como un regalo, y cada vez que experimentamos el dar (o el darnos) nos tornamos más vivos, más generosos y más nosotros mismos.La vida misma nos enseña esta verdad sobre el perder y el encontrar, pero también podemos aplicarla y, hasta cierto punto, adelantarnos a los sentimientos de dolor y shock por la pérdida. Desaferrarnos, dejar ir. Cuanto mayor es el apego y la posesividad, peor es el dolor que ocasiona la pérdida. La desaferración constituye una especie de pérdida voluntaria: una paradoja que transforma la pérdida en encuentro.La Cuaresma – y cualquier disciplina sencilla de auto-control que pudiéramos haber optado por asumir durante los próximos 40 días – nos puede enseñar a desaferrarnos cada momento, con cada respiración, en cada reunión o encuentro, en cada relación. San Benito dice que la vida debería ser una Cuaresma constante por este motivo. Nos empoderar para vivir con una libertad y una espontaneidad, y en última instancia con una audacia que permite la floración de nuestra plena humanidad. Sólo tenemos que confiar y dar el salto. “El que quiera salvar su vida, la perderá”. Y este proceso de abandono lo haremos poco a poco: en este sentido, nuestra meditación diaria impulsa, precisamente, y sin duda alguna, este sutil cambio de sentido.

Laurence Freeman OSB

(Traducción de Mónica Thompson y Dolores Pías)

9 mar 2011

Miércoles de Ceniza 2011. Mensaje del P. Larence Freeman OSB


Hoy podrás ver gente en el bus o en el metro o esperando por la fotocopiadora con una mancha en la frente. Al igual que al ver a alguien meditando en un aeropuerto o en una sala de espera, los reconoces como compañeros en un viaje espiritual, no meros estraños pasando en la noche. La mancha en la frente no es un signo secreto o de un club exclusivo, pero pocos son los que entienden su significado. Recibimos las cenizas como recordatorio de que no debemos perder tiempo. "Recuerda que eres polvo y en polvo de convertirás. Arrepiéntete y vive la buena nueva".

Extraño como puede parecer, estas palabras pronunciadas cuando te ponen las cenizas te tranquilizan y dan esperanza porque nos recuerdan una verdad facilmente olvidada, una verdad que nuestra cultura de negación facil encuentra incómoda de oir. Devoramos imágenes de muerte y violencia como entretenimiento, pero la verdadera muerte la espantamos como morbosa. Las tradiciones espirituales nos enseñan que la práctica de la atención plena sobre la muerte resalta los vívidos contrastes entre la vida y nuestra capacidad para vivir a plenitud. La ceniza en la frente es un recordatorio de que la única manera de vivir realmente es vivir en el momento presente. Ningún momento pasajero del pasado o del futuro se pierde o malgasta cuando lo experimentamos en el presente.

Hoy, al comenzar la Cuaresma tenemos la oportunidad de renovar nuestro compromiso y renovarnos a nosotros mismos como seres espirituales en un viaje humano. Si no recibiste las cenizas, hazte la señal de la cruz en tu frente, o pídele a un amigo/a, repitiendo esas palabras que fueron formuladas para despertarnos. Si meditas, renueva el compromiso de guardar los tiempos de silencio y quietud en la mañana y en la tarde. Si comenzaste y lo dejaste, comienza de nuevo. Si no has empezado aún, no pierdas tiempo.

Laurence Freeman OSB
RECUERDA INSCRIBIRTE PARA EL RETIRO DE MEDITACIÓN Y SILENCIO CON EL P. LAURENCE DEL 13-15 DE MAYO EN LOS TEQUES. LOS CUPOS SE ESTAN ACABANDO RÁPIDO.